Aquellos profesionales formados en los oficios manuales son de los más cotizados en el mercado laboral español. Esta tendencia se debe en parte a la falta de relevo generacional presente en estos sectores, ya que los más jóvenes han sido educados para perseguir una formación superior más enfocada al trabajo de oficina.
Así pues, los trabajos manuales son de los mejor pagados, y también los que constituyen las vacantes más difíciles de cubrir. Aquí te dejamos tres trabajos manuales que sin duda pueden suponer una buena oportunidad para aquellos jóvenes con ganas de formarse:
Carpintero
Aunque es uno de los oficios más antiguos del mundo, la carpintería ha evolucionado mucho en los últimos años. Las nuevas herramientas especializadas y las nuevas técnicas para el tratado de madera han hecho que el sector experimente grandes cambios en los últimos años.
También la manera de formarse ha cambiado. Mientras que antes la mayoría de los profesionales empezaban por tradición familiar o porque encontraban trabajo en algún taller, hoy en días los jóvenes tienen vías mucho más formales para entrar en el sector.
¿Qué formación se necesita?
Aunque sigue habiendo autodidactas y personas que deciden aprender porque así lo requiere el negocio familiar, lo cierto es que lo más común a día de hoy es realizar algún curso de Formación Profesional en la materia. Grados como el ‘Grado Medio en Carpintería y Mueble’ o el ‘Título Profesional Básico en Carpintería y Mueble’ son dos de las opciones más comunes. En ellos se aprende desde las diferentes formas de tratar la madera hasta el uso de todas las herramientas manuales que se pueden llegar a necesitar en el día a día.
¿Qué actitudes son necesarias para ser carpintero?
La carpintería es un trabajo laborioso y cansado, pero también muy enriquecedor. Los carpinteros trabajan con sus manos y su creatividad, pero también es son profesionales muy cuidadosos y precisos. Además, la paciencia es una de las virtudes más importantes en este oficio ya que muchos de los trabajos a madera requieren de tiempo y dedicación.
Fontanero
Los fontaneros son esos profesionales en los que nadie repara hasta que su baño se inunda o la caldera deja de funcionar. Ellos se encargan de todo lo relacionado con la grifería y las tuberías en cualquier hogar o negocio, lo que engloba desde la instalación hasta el mantenimiento o la reparación de éstas. Muchos fontaneros también se dedican a la instalación y reparación de calderas, aunque se necesita un permiso especial para ello.
La demanda de fontaneros sigue creciendo ya que hay una escasez muy llamativa en el gremio. Aquellos que decidan formarse en fontanería tendrán poco problema para encontrar trabajo.
¿Qué formación se necesita?
Para ser fontanero, al igual que para ser carpintero, se necesita de cierta educación formal en la materia. Aunque hay muchos que también han aprendido desde pequeños debido a la tradición familiar, lo más común a día de hoy es realizar un ciclo básico de ‘Mantenimiento de Viviendas’ o uno de ‘Fabricación y Montaje’. También hay opciones en ciclos medios y superiores, como por ejemplo los grados de ‘Instalaciones de Producción de Calor’ o de ‘Mantenimiento de Instalaciones Térmicas y de Fluidos’.
¿Qué actitudes son necesarias para ser fontanero?
Para convertirse en fontanero es extremadamente importante estar en buena forma, ya que es un oficio altamente demandante a nivel físico. Además, los fontaneros deberían ser personas con mucha atención al detalle. Por supuesto, también sería beneficioso que tuvieran buenas habilidades manuales y una cierta maña con herramientas de mano tales como llaves ajustables o tenazas.
Electricista
Los electricistas son aquellos profesionales que se dedican a la instalación y mantenimiento de los sistemas eléctricos y electrónicos, y por tanto son extremadamente importantes en la sociedad de hoy. Ellos son los principales encargados de que hogares y negocios cuenten con la energía necesaria para realizar todas las actividades del día a día de forma segura y efectiva. Este oficio es, por tanto, uno de los más importantes a nivel global.
¿Qué formación se necesita?
Para convertirse en electricista no hay opción a ser autodidacta, ya que es un oficio extremadamente peligroso para aquellos que no se hayan formado en él.
Lo más común para convertirse en electricista es, de nuevo, realizar un grado de Formación Profesional medio o superior. Los más comunes son el de ‘Técnico en instalaciones eléctricas y automáticas’ o el ‘Técnico superior en sistemas electrotécnicos y automatizados’. También hay opciones universitarias para acceder a este oficio, como por ejemplo la carrera de Ingeniería Eléctrica.
También será necesario obtener el Certificado de Cualificación Individual en Baja Tensión para ejercer. Este certificado es el que acredita como profesional cualificado en el oficio.
¿Qué actitudes son necesarias para ser electricista?
Un buen electricista será una persona precisa y con mucha atención al detalle. Como con todos los oficios manuales, cuantas más habilidades con herramientas y utensilios tenga, mejor. Además, los electricistas necesitan tener cierta facilidad para leer los dibujos técnicos que cada instalación requiere – lo que también se aprende en los diferentes cursos de formación, aunque hay personas que tienen más facilidad que otras.
Todos aquellos que decidan dedicarse a la carpintería, fontanería o electricidad son sin duda personas altamente trabajadoras que no tienen miedo a ensuciarse las manos cuando es necesario. Son los trabajadores que realmente mueven el mundo, aunque lo hagan desde la sombra y sin que la mayoría les preste atención. Para esos jóvenes en busca de una profesión manual y cotizada, pueden ser buenas opciones con mucha salida laboral.
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